Jesús García Jiménez
Catedrático y Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid
LA SELECCIÓN DE MATERIAS  


Un enfoque compartido y conjunto de la televisión escolar prescribía la necesidad de una programación selectiva muy relacionada con los objetivos específicos asignados a la televisión escolar. Se trataba ante todo, no de sustituir al maestro, sino de suplir sus numerosas carencias y de proporcionarle recursos audiovisuales de primera mano para innovar el acto didáctico. Es indudable que la televisión suponía un caudal ilimitado. Siempre fue una obsesión de los responsables de la televisión escolar que ésta no mostrase la faz de una televisión de cabotaje, como solía acontecer en todas las experiencias conocidas, sino de una televisión profesional y de calidad. Por eso se tomó la decisión de designar director del equipo de realización a un profesional (Ricardo Arias) avezado a los programas de prime time.

Es evidente que respecto a ese carácter selectivo de la programación de la televisión escolar tenían cosas importantes que decir los propios maestros y por ello se hizo una encuesta nacional para obtener información sobre:

  1. Temas que deseaban fueran programados, por ser de más difícil presentación con los recursos habituales de que disponían el maestro y la escuela.
  2. Temas inabordables, teniendo en cuenta limitación de sus recursos.
  3. Duración óptima de los programas.
    - Periodicidad más adecuada en la presentación de cada materia.
    - Personas, tipos y modos de presentación que resultarían más idóneos.
  4. Posibilidades de conservar los programas para su mejor reutilización.
  5. Calidad, estructura, utilidad y adecuación de los guiones didácticos.
  6. Indice de aplicabilidad en la escuela del tipo de actividades propuestas, para que fueran desarrolladas por parte de los alumnos.

Con estos datos se podría ajustar la duración, periodicidad y clase o tipo de programa, introducir formas más correctas y medios distintos en la realización y, finalmente, redactar mejor los guiones y prever y evaluar el índice de rendimiento de cada programa.

Los profesionales de TVE mejoraron esa selección, no sólo aportando formas específicas de presentación y realización, sino también contenidos nuevos respecto a los cuales no estaba bien pertrechada la escuela: el inglés, la música, la naturaleza, la información diaria (Prensa y telediarios), etc. En la TV escolar velaron sus primeras armas verdaderas estrellas de la pequeña pantalla como Félix Rodríguez de la Fuente que dirigió y presentó lecciones magníficas y de gran calidad espectacular en su serie “Félix, el amigo de los animales”.

  Había un campo especialmente abonado a los programas televisados: todo lo que implicara o supusiera observación y experimentación. Las ciencias naturales podrían presentarse ampliando aspectos, dando informaciones muy detalladas y mostrando experimentos. Es decir, podíamos presentar la realidad en sí en amplia panorámica, en tomas del natural o a partir de otro tipo de material auxiliar ya elaborado (dibujos esquemáticos, álbumes fotográficos, documentales cinematográficos, experimentos en directo, etc.).

También en geografía las posibilidades eran óptimas. La imagen-TV podría mostrar en acción los aspectos humanos y demográficos, etnográficos y culturales, políticos, económicos, etc. junto con ambientes, costumbres e itinerarios, en reportajes y documentales de gran poder motivador para los niños.

El modo natural en que la televisión muestra sus objetos es siempre la acción dramática en sus referencias a la vida cotidiana. Por eso los documentos históricos de todo tipo, (narraciones, biografías, crónicas, semblanzas, etc.) parecían igualmente adecuados para incluirlos en la programación escolar, aportando al niño una visión mucho más cercana y viva de los grandes hombres y acontecimientos de la Historia.

En expresión artística la televisión escolar podría poner al alumno en contacto virtualmente directo con la obra de arte visual o auditiva. Las cámaras podrían convertir al aula en museo virtual y en auditorio, al tiempo que un narrador especializado en didáctica de las artes podría enseñarle a comprender y valorar a los grandes intérpretes. El medio parecía muy adecuado para despertar en el niño el gusto por la belleza y, en muchos casos, por la emulación.

En resumen, la selección de contenidos podría tener en cuenta los principios siguientes:

a) Adaptación al programa escolar.
b) Adecuación al nivel medio del maestro y del alumnado.
c) Propuestas innovadoras de los contenidos y los métodos escolares.