Lolo Rico es una mujer serenamente enérgica y tan franca como jovial.
No hay duda: en sus ojos reside ese brillo peculiar de quien, a pesar
de estar de vuelta de muchas batallas, ha sabido preservar su capacidad
para ilusionarse con nuevas ideas y proyectos. Así la conocí
y, por lo que veo, poco ha cambiado esta mujer, Lolo Rico, que argumenta
sólidamente y defiende con lucidez aquello en lo que cree.
Coincidimos hace unos años en un seminario de la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo (Cuenca) en la que nos
disponíamos a hacer prospectiva sobre lo que podría depararnos
la programación y la producción televisiva a lo largo de
una década, la de los noventa, que era entones un libro casi en
blanco, pero que ya apuntaba maneras . Para mayor gozo, compartíamos
mesa, codo con codo, para tratar el siempre espinoso tema de las relaciones
entre la infancia y la televisión . Fue un debate intenso, efervescente
y enriquecedor, un torbellino que desbordó el horario y la propia
sala de conferencias, inundando los pasillos y llenando las horas siguientes
de jugosas anécdotas y de críticas verdaderamente afiladas
hacia una programación infantil que en aquel momento era, a juicio
de Lolo, no sólo inapropiada e innecesariamente procaz, sino, además,
totalmente carente de imaginación y del más mínimo
compromiso pedagógico .
Opiniones aparte, lo que sí era cierto es que quien hablaba era,
sin pretenderlo, una autoridad en la materia. Lolo Rico es la autora infatigable
de una larga lista de cuentos infantiles y textos de orientación
pedagógica , responsable de gran cantidad de programas radiofónicos
para niños, traductora y, ya en el plano televisivo, directora
de programas para el sector infantil y juvenil de la audiencia como “La
casa del reloj” y “La cometa blanca”. Por si todo ello
fuera poco, era, además, el alma máter, el generador de
potencia de uno de los programas más innovadores de nuestra televisión:
el ya mítico “La bola de cristal”. Supongo que llegados
a este punto no estará de más añadir que es madre
de siete hijos para comprender el personal interés que vincula
definitivamente a esta mujer con el mundo infantil y juvenil.
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Lolo llevaba trabajando para
TVE catorce años cuando, siendo director José María
Calviño, recibió un encargo de Carlos Valverde, Director
de programas infantiles de TVE, que podía haber sido un regalo
envenenado pero que, a decir de la propia Lolo, iba a convertirse
en la mejor época de su vida: el diseño de un programa
de bajo presupuesto destinado al público infantil y juvenil
con la finalidad de cubrir una hora valle en la programación
matinal de los sábados. |
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