Rocío Anguita Martínez
. Profesora titular de Escuela Universitaria del Departamento de Pedagogía de la Facultad de Educación de la Universidad de Valladolid

Ana Isabel Alario Trigueros. Profesora titular de Escuela Universitaria del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid
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Mujeres y tecnología: algunos cuestionamientos desde las teorías feministas  


El feminismo como teoría y epistemología, es decir, como una teorización desde una perspectiva de ver el mundo y la realidad, cuestiona la construcción de la ciencia y la tecnología, en términos generales, desde diversas perspectivas. En primer lugar, pone en tela de juicio el hecho de que se consideren la ciencia y la tecnología como neutrales y libres de valores, tal y como venía defendiéndose desde la perspectiva más fuerte del positivismo lógico y de acuerdo con las críticas realizadas por los enfoques constructivistas y relativistas en la ciencia (Pérez Sedeño, 1999).

En este sentido, el feminismo abre un nuevo frente de trabajo en el campo de la ciencia y la tecnología que podríamos situar en:

“[...] Los enfoques feministas analizarán los sesgos sexistas y androcéntricos en el contenido de las ciencias y los significados sexuales en el lenguaje y la práctica de la investigación científica. Ya no se trata únicamente de reformar las instituciones y de alfabetizar en ciencia y tecnología a las mujeres, sino de reformar la propia ciencia” (González, 1999: 46)

Por tanto, desde la perspectiva feminista se trata no sólo de considerar la Historia de la Tecnología abordando el papel de las mujeres y sus contribuciones en el desarrollo de diferentes tecnologías, sino también de repensar la tecnología desde una perspectiva feminista (Balsamo, 1995).

Partiendo de estos planteamientos, el feminismo ha abierto diversas vías de trabajo sobre el campo de la ciencia y la tecnología (Harding, 1996) que pasan desde los estudios sobre la equidad de acceso de las mujeres al campo de la ciencia y la tecnología y las dificultades encontradas para ello (inferioridad intelectual, inferioridad biológica, etc.) (Rubio, 1999); diferentes análisis sobre la situación actual de las mujeres en los diversos campos científicos y tecnológicos; los estudios sobre los usos y abusos de la biología, la tecnología y las ciencias sociales, en palabras de Harding (1996:20) estos trabajos “han revelado de qué forma se utiliza la ciencia al servicio de proyectos sociales sexistas, racistas, homofóbicos y clasistas”; los estudios sobre la selección y
definición de los problemas de la ciencia, que han estado claramente inclinados hacia la percepción de los hombres y lo que a ellos les ha venido resultando desconcertante; y terminando en los trabajos sobre epistemologías feministas alternativas, que son las que están sentando las bases de una forma alternativa de entender cómo se fundamentan las creencias en las experiencias sociales y qué tipo de experiencias nos sirven para denominarlas “saber”.