FORMACIÓN TECNOLÓGICA CREATIVA COMO FORMA DE EMANCIPACIÓN

Remedios Zafra

Mothers say goodbye tv, hello Internet, rezaba una sentencia de las asociaciones mundiales de estudio de audiencias y acceso a Internet. La mujer, espectadora mayoritaria de la televisión, cambia este dispositivo receptor por otro que le permite pasar de ser consumidora pasiva a consumidora, productora y distribuidora de información. De ser una espectadora del monitor-tv a un "espect-actora" del mundo en red.


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Uno de los grandes retos educativos de nuestra sociedad de cara al futuro más inminente tiene que ver con la autoformación y la autogestión del tiempo. La escuela virtual no puede limitarse a la ubicación de recursos didácticos en Internet, requiere pensar de manera distinta la formación virtual y las nuevas condiciones del trabajo educativo no-presencial. Además, pasa inevitablemente por el replanteamiento del espacio doméstico y privado y su dúctil conversión temporal en escuela. Por otra parte, las lecturas que se extraen de esta colonización de lo privado no pueden simplificarse y hacernos olvidar los desplazamientos que la tecnología promueve en el ámbito de lo familiar.

En primer lugar el desafío en el uso educativo de Internet pasa por una desmitificación de la vinculación tecnológica al poder masculino. No se trataría solamente de incentivar el uso de las tecnologías por parte de las mujeres. La consideración tecnofóbica de la mujer no depende exclusivamente de su uso, de un uso "apropiado" de las mismas, no olvidemos que las tecnologías son producto y propósito de espectros del poder codificados cultural y socialmente y están fuertemente reguladas a nivel ideológico y también cultural. Estos espectros forjados y fortalecidos durante siglos de patriarcado forman parte de las tecnologías, de nuestras identidades y de nuestros cuerpos. Sería por tanto también necesaria la revisión de siglos de valores socioculturales desde la perspectiva de la tecnología y el género. Al respecto se torna fundamental idear programas educativos que concilien a la mujer con la tecnología desde visiones críticas con esta situación.

Idear metodologías motivadoras y creativas que evidencien la utilidad tecnológica para la vida cotidiana y para el progreso social y la igualdad sería, en este sentido, una cuestión básica. Hago hincapié en la necesidad de este carácter "motivador" y "creativo" pues sin él cualquier acercamiento eficaz a la tecnología sería infructuoso, sobre todo en determinados sectores de la población como el de las mujeres mayores, donde además de salvar el primer escollo al que hacíamos referencia anteriormente (la identificación que tradicionalmente se ha hecho de la tecnología y lo masculino) existen multitud de condicionamientos sociales que hacen que en muchos casos, estos sectores de la población se den como irrecuperables para la sociedad de la información en red. Si los programas educativos que se idean en la nueva escuela virtual no plantean las singularidades de los diferentes contextos de las mujeres y la desmitificación de la tecnología como algo masculino, la brecha digital en lo referente a las mujeres se acentuará.

De otro lado, no podemos olvidar que la mayor parte de programas educativos (on y off line) dirigidos a la mujer desarrollan su propuestas desde posiciones feministas. No olvidemos que hasta hace poco la mujer no ha podido acceder a una educación más que en contradicción con su propio sexo. Ahora, esa identidad contradictoria es común para todos los que se relacionan a través de Internet, ya que "el cuerpo queda atrás". En esta línea, las posibilidades que los nuevos espacios educativos en Internet dibujan en la sociedad tiñen un panorama aparentemente desjerarquizado y versátil de gran interés para la mujer. Este paisaje resulta especialmente atractivo para la acción y la reestructuración social de colectivos y subjetividades que reclaman una feminización y una deconstrucción de las formas de pensamiento hegemónicas. Recordemos a Kristeva cuando planteaba que la mujer es la sede privilegiada desde la cual es posible desmontar el pensamiento occidental falocéntrico. O pensemos en la propuesta de escritura femenina de Helene Cixous según la cual hemos de desarticular el discurso dominante bajo una primacía, no de la mirada sino de lo simultáneo, de lo que fluye, lo que se opone a todo tipo de figura o idea rígidamente construida. Una escritura próxima al ritmo, al cuerpo, y opuesta a la economía masculina apoyada en lo filosófico, lo simbólico y lo discursivo. Esta sería una escritura que nos hablaría de lo inconsciente, lo reprimido, lo excluido, de los miedos y deseos no materializados. Escritura que se relacionaría con lo otro viviente, lo otro salvado, lo otro ya no amenazado por la destrucción, proponiendo una feminidad que sería el verdadero objetivo común de ambos sexos.

En los nuevos espacios para la educación estas formas de escritura serían fundamentales para sacar partido a la incorporeidad del sujeto y la posibilidad de su realización para sí, y para el contexto al que se relaciona mediante la tecnología. Vivir en una sociedad en red donde se funden la acción real con la representación, con el hecho de vernos mediados (representados) por secuencias de código e imágenes, plantea nuevos interrogantes en nuestra manera de "darnos en el mundo", como sujetos y como colectividades. De hecho cualitativamente Internet supone la materialización de una nueva ontología de las identidades y del lenguaje, es decir, ofrece al individuo la posibilidad de hacerse y deshacerse, así como de relacionarse mediante nuevas formas comunicativas que cuestionan los paradigmas de linealidad y narratividad. Todo ello pone en escena los desajustes del llegar a ser de las subjetividades, como efectos del discurso y, en consecuencia, de sus momentos de crisis.

En la educación en Internet, las políticas de feminización requieren además indagar si la presencia de la mujer y su labor en la red, incitan una deconstrucción de los modelos de enfrentamiento dual en torno al género, un rechazo al principio común de dominación. Como hemos visto, esta deconstrucción parece tanto más viable en espacios donde la relación es horizontal y podemos prescindir (aun temporalmente) de nuestro cuerpo.

Por otra parte, las políticas de feminización de la tecnología debieran contemplar también la deconstrucción de los diferentes ámbitos desde donde se ha creado esfera pública históricamente, sobre todo del poder. Tal vez ésta (la feminización del poder) sería la última etapa de la lucha contemporánea por la igualdad. Una feminización del poder entendida de esta manera tambalearía la jerarquía entre cultura masculina y femenina. E, idealmente (táchenme de utópica pero "para cambiar el mundo hay que pensarlo de manera diferente") precisaría de una acción política a nivel mundial que iguale las condiciones en que niños y niñas se enfrentan a la educación y al acceso a la información a través de las redes. Entendiendo los cambios en el sistema educativo no sólo como una cuestión política y de justicia para las mujeres, sino como una necesidad global para tod@s. Los cambios en el ámbito laboral y privado de relaciones personales suponen una serie de reajustes que incumben a unos y otros. Para ello resulta imprescindible y urgente asegurar el acceso a la educación en las redes sin discriminación, así como estudiar los obstáculos que en las distintas culturas impiden que esto se realice. Realizar un plan de acceso y formación en las nuevas tecnologías entre las mujeres, especialmente entre aquellas que por encontrarse en países en desarrollo y entornos desfavorecidos tienen más dificultades para este acceso.

PROPUESTAS_ MUJER, EDUCACIÓN INTERNET

Cuando hablamos de programas educativos sobre/en la red y dirigidos a las mujeres hablamos a programas que suelen tener alguno o varios de los siguientes propósitos:

" Formación tecnológica: conocimiento y uso de herramientas tecnológicas y redes de comunicación.
" Desubicación de la formación: desarrollo de una labor formativa desde el entorno que ellas elijan (entorno urbano, rural, hogar, trabajo ... ).
" Ampliación de estudios: posibilidad de retomar o acceder a nuevos estudios con las facilidades de la educación virtual.
" Toma de conciencia: intercambio de experiencias y diálogo de cara a a emancipación de las mujeres.
" Incorporación a la sociedad de la información: acceso de tod@s a una (in)formación de manera global y solidaria.

Estas posibles situaciones que ondean como objetivos en numerosos programas de formación van acompañados de sus correspondientes desajustes en su aplicación práctica. Desajustes que dependen de un "acceso a la red". De hecho, no podemos olvidar que este acceso puede acentuar los desequilibrios entre grupos sociales que ya sufrían otros tipos de marginación. En cuyo caso, esto no haría sino acentuar las diferencias entre los que tienen y los que no tienen acceso al conocimiento (digitalizado) y a las redes de comunicación.

En esta línea, para las mujeres resultaría imprescindible formar parte de este nuevo espacio de acción, de cara a no acentuar la brecha digital que el acceso determina en las sociedades contemporáneas. De cara también a la mejor integración y al aumento de su participación en los discursos públicos y en el ámbito del poder. Para formar parte de este nuevo espacio de acción podemos hablar de distintos tipos de programas educativos relacionados con Internet:

-Por una parte, programas educativos exclusivamente on line dirigidos a la mujer que ya tiene un acceso a la red y conoce el medio. En los que distinguimos un especial tratamiento de la formación técnica y del acceso y conocimiento de recursos informáticos.


http://amarc.org/europe/women/

-Por otra parte, programas educativos que utilizan la formación presencial, dirigidos a acercar las nuevas tecnologías y la formación crítica en el uso de Internet a mujeres de contextos físicos concretos. Estas propuestas en muchas ocasiones tienen una concepción mixta y contemplan módulos de formación on line y también módulos de formación presencial.


http://www.cordobesasenredadas.org/

En ambos casos la estructuración conceptual de la información en sus programas en Internet contemplan contenidos como los siguientes:

" Recursos y materiales didácticos web: acceso a unidades didácticas, material para actividades y autoevaluación, consejos y sugerencias, enlaces de interés para ampliar estudios, bibliografías específicas temáticas y, en particular, sobre cuestiones de género.

" Consultorías, mediante web o e-mail, que posibilitan el trato personalizado, el estudio de las circunstancias de las alumnas y propicia el teletrabajo no sólo de las alumnas sino también de l@s profesor@s.

" Foros de debate (ampliando las funciones de discusiones y trabajos grupales del aula).

" Directorio de materiales, acceso a artículos, publicaciones, textos legales, etc.

" Noticias de interés para los diferentes colectivos de mujeres a los que se dirijan los proyectos educativos.

" Acceso a software específico y gratuito.

Estos proyectos de trabajo colectivo en Internet facilitan procesos de emancipación mediante:

" La posibilidad de comunicarse con otr@s, establecer redes y comunidades, trabajar crítica y creativamente con personas de otras culturas y lugares, acceder a información heterogénea y pasar de ser espectadoras a ser también productoras y distribuidoras de información.
" Posibilidad de que colectivos de mujeres se organicen con intención empresarial, cultural o social y puedan desarrollar y divulgar sus propuestas en Internet.
" Posibilidad de acceder al mercado laboral con conocimientos informáticos y tecnológicos.
" Posibilidad de trabajar, estudiar y comunicarse con otros desde los espacios que ellas decidan: espacio doméstico (si tuvieran que hacerse cargo del cuidado de los hijos, de personas mayores, etc.) así como el lugar, pueblo, ciudad o país que elijan, sin la exigencia de un desplazamiento y con programas que contemplen y favorezcan las particularidades de la formación y el trabajo a distancia.


Imagen de cabecera: Separation de Annie Abrahams y panoplie, http://www.bram.org/separation/