Rafael Gómez Alonso
Profesor de la UCM
A modo de introducción  


El sistema pedagógico en televisión ha sido una constante de importancia relevante por el logro que ha supuesto aunar de forma eficiente la célebre tríada que debe cumplir un medio de difusión pública como es el de formar, informar y entretener. Es quizá, en los programas educativos infantiles, donde se consiga con más acierto desempeñar esta misión. La mayor parte de producciones de educación infantil destinadas al público más pequeño en edad preescolar han conseguido afianzar el interés de sus destinatarios (caso del éxito que han ofrecido los muñecos Teletubbies desde finales de los años 90 o más recientemente Los Lunnis), pero si ha existido un programa pionero que ha marcado la pauta al resto de espacios destinados a la educación infantil ha sido, sin duda, Barrio Sésamo, programa que ha “nutrido" a varias generaciones y sigue aportando conocimiento al público infantil, no sólo desde el medio televisivo sino desde distintos soportes audiovisuales.

Barrio Sésamo se ha convertido en un programa ejemplar a la hora de ofrecer un apoyo importante en la educación pre-escolar, aunque se podría decir que la franja de edad a la que va destinada (3 a 6 años) abarca un mayor número de espectadores, ampliando la cobertura para la que, en principio, está pensado (se podría decir que la audiencia alcanza hasta la franja de 8 años de edad), quizá por conseguir que el espacio ofrezca una dosis de espectáculo e intentando marcar, en algunas de sus secciones, los códigos narrativos que aportan la coherencia de una "telenovela infantil'. De tal forma que los objetivos que tiene el programa se ven sobrepasados por su eficiente éxito, cualidad que denota que, aunque este espacio televisivo tenga como prioridad la educación, no por eso deja de ser un instrumento de entretenimiento.